¿Qué es la Divina Eucaristía?
La Iglesia Ortodoxa proclama lo que realmente comulgamos el Cuerpo y la Sangre del Señor.
(Mat. 26, 26-28. Marco 14, 22-24. Lucas 22, 15-20. Juan 6, 51-56. A’ Cor. 11, 24-26).
Acepta que la Eucaristía es recuerdo de la pasión de Cristo ( Lucas 22, 19. A’ Cor. 11, 24-25), pero no acepta que es solamente un recuerdo!
Cristo llevó a cabo Su sacrificio «de una vez» (Heb. 7, 27. 9, 12.28), así que este sacrificio no se repite. Pero el mismo Señor ofrece Su cuerpo y Su sangre antes de lo único sacrificio del Gólgota (Mat. 26, 26-28. Marco 14, 22-24. Lucas 22, 19-20) y da la orden a Sus discípulos a hacer lo mismo hasta Su segunda venida, declarando que el «comer» de Su cuerpo y el «beber» de Su sangre son necesarios para la salvación (Juan 6, 31-50. A’ Cor. 11, 23-29).
¿Cómo es posible celebrar la Eucaristía antes del sacrificio de la cruz del Señor? Esto, por supuesto, está cubierto del misterio! Sino, la divina Eucaristía, que Cristo celebró antes de Su sacrificio, constituye “participación mística” al único sacrificio del Gólgota.
Lo mismo ocurre con la Divina Eucaristía que celebra la Iglesia: es una participación del único y verdadero sacrificio ofrecido por Cristo. Los sacerdotes de la Iglesia, administradores de Sus misterios, son diáconos de Cristo, (A’ Cor. 4), ofrecen un verdadero sacrificio en el altar de la Iglesia (Heb. 13, 10), incluso llamado «mesa del Señor», que se yuxtapone con el altar de los judíos y los paganos (A’ Cor. 10, 16-21).
De esta manera se demuestra que la celebración de la divina eucaristía cual Cristo ordenó que sea realizada en el altar Cristiano (Heb. 13, 10), es la “ofrenda pura”, que era profetizada (Malaq. 1, 11). No es repetición del sacrificio de Cristo, sino participación sacramental al uno y único sacrificio, así que los demás miembros (Rom. 12, 5. Efes. 4, 25) a unirse y formar un solo cuerpo (Efes. 4, 4. A’ Cor. 10, 17).
Así, con la divina eucaristía, con la participación del hombre a la vida divina (Juan 14, 6. B’ Ped. 1, 4), se cumple el propósito de la economía divina, la comunidad en Cristo, es la salvación del hombre (Juan 6, 53-54. + 11, 52. + 17, 21-23).
La participación en la Divina Eucaristía no es un medio para la unidad, pero la expresión, manifestación de la unidad en el cuerpo de Cristo. Por lo tanto, los cismas son heridas en el cuerpo de la Iglesia, no expresan el verdadero significado de la Divina Eucaristía (A’ Cor. 1, 13. + 10, 16-18. 18-23).
Esta es la doctrina de la Sagrada Escritura en el sujeto de la divina eucaristía. Esto es atestiguado por el intérprete infalible de la Sagrada Escritura, la Iglesia (A’ Tim. 3, 15) en los años después de los apóstoles, como lo demuestran los textos cristianos primitivos.
La “Didajé” (90-110 μ.Χ.) se refiere a la “ofrenda pura” del Malaquías (1, 11) y la equipara con la Eucaristía ( Didajé XIV,1). San Ignacio († 11O) insta: “Tomen cuidado en usar de una sola eucaristía, pues una es la carne de nuestro Señor Jesus Cristo, y uno solo el cáliz que nos une con su sangre, y uno el altar, como uno es el obispo juntamente con el colegio de los presbíteros y los diáconos y mis consiervos, así que cualquier cosa que ustedes hacen, hagan lo en Dios” (Ign., Filad. 4).
Justino († 163/167) se conecta la Eucaristía con la “ofrenda pura” (Malaq. 1, 11. Just., Dial. A Tryfon 41,2-3) y subraya que no es común el pan y “beber común”, sino a través de “petición de oración” el pan y el vino se convierten en “sangre y carne en la transformación” (Just., Apoc. 66,2). También añade: “de Él, Jesús encarnado, aprendimos que está el carne y sangre”, es decir esta no es la opinión de Justin, pero la enseñanza de la Iglesia.
Ireneo († 220) habla incluso de la “invocación” del Espíritu Santo para la transformación del pan en el cuerpo y del vino en sangre de Cristo. “Entonces, si el contenido de la copa y el pan preparado recibir la palabra de Dios y la Eucaristía convertirse en el cuerpo de Christo, así que la sustancia de nuestra carne sea levantada y apoyarse, cómo pueden decir que la carne no puede recibir la gracia de Dios, que consiste-se en la Vida eterna, después de alimentarse de la sangre y el cuerpo de Cristo y convertirse en un miembro?” (Irin., Contra herej. V, 2.3).
“El pan que procede de la tierra al recibir la invocación de Dios ya no es pan, sino como la eucaristía, es compuesta de dos elementos, la terrena y la celestial, así también nuestros cuerpos, al recibir la eucaristía, ya no pertenecen al desgaste, sino tienen la esperanza de la resurrección.” (Irin. Contra herej. IV, 18,15. vea también Des. 37 en BEP 5,183).
Esta doctrina fue ofrecida, en la Iglesia primitiva, a los ‘iluminados” y los “neófitos”, como lo demuestran las catequesis mystagogicas de San Cirilo de Jerusalén († 386): “El pan de la Eucaristía”, menciona, “después de invocar al Espíritu Santo, ya no es pan normal, sino cuerpo de Cristo” (Catec. 3, 3), es entonces el cuerpo de Cristo y no un pan normal. “Así con toda la información”, es decir con toda certeza, “como el cuerpo y la sangre de Cristo comulgamos. En forma de pan es ofrecido a usted el cuerpo y en forma de vino es ofrecido a usted la sangre”, “para convertirse, después de comulgar el cuerpo y la sangre de Cristo, como un y con la sangre común con Cristo. Porque de esta manera nos convertimos en portadores de Cristo, con la difusión de su carne y su sangre a todos nuestros miembros, y también participantes de la Naturaleza Divina, como dice el bienaventurado Pedro” (Catec. 4, 3).
San Juan Crisóstomo pregunta: “¿Cual Pastor alimenta a las ovejas con sus miembros infantiles?”, Existen madres que dan a sus hijos a otra niñera, sino que Cristo “nos alimenta a sí mismo con su propia sangre y en todo nos une íntimamente consigo mismo. Él mezcla a sí mismo a cada uno de nosotros a través de los sacramentos”. Aquellos que Él parió del nuevo “los alimenta con Él mismo y no les da a otro y con esto nuevamente para le convencer de que recibió su propia carne… No se ven los bebés con qué afán agarran el pecho?” (Cris., Disc. 62, 5 en el evan. de Mat.).
La Iglesia Ortodoxa entonces rechaza la doctrina protestante que la Eucaristía es “acto simbólico y conmemorativo”. Y se basa en la Santa Escritura, como la interpretó la Iglesia a través de su pastores.
Manual de sectas y grupos para-cristianos
Padre Antonios Alevizopoulos
Dr. Teología, Dr. filosofía